domingo, 29 de abril de 2012

LA FUERZA DE LAS PALABRAS





Queriendo recordar las palabras que he dicho, e intentando olvidar aquellas que no quería decir…

Las palabras dicen que se las lleva el viento, más yo no lo creo, una palabra, buena o malintencionada dirigida al corazón, es un tatuaje para el alma. Es una huella que no se borra por más que intentemos disimularla. Puede ser el arma para quebrantar  al amigo o a un ser querido. O puede ser instrumento que a golpe de tecla  o cuerda, se lleve la tormenta.

Las palabras dichas son sumamente importantes, pero aún más lo son las que no se dicen, las calladas, las que se expresan con la mirada y se suscriben con caricias, las tangibles, las silenciosas.
Palabras diarias, conocidas, esperadas, sin equipaje, tal cual son, como se expresan y………esas otras que  te dijeron un día  y por su belleza cuidas protegiéndolas de cualquier roce,  y esperas oírlas una vez más, antes de que la noche se duerma.

Hoy  quiero escuchar todas las palabras, las diarias, las esperadas, las que un  día me dijeron, las más bellas y todas, todas,  antes de que la noche las duerma con el silencio de su voz...

sábado, 28 de abril de 2012

¿QUÉ CUANTOS AÑOS TENGO?



Aunque a veces cueste creerlo...

¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!

La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso...
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido. Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuántos años tengo! No quiero pensar en ello. Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven....no lo lograrás..
Estás muy viejo...ya no podrás..
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.

¿Qué cuantos años tengo? No necesito marcarlos con un número, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas... ¡Valen mucho más que eso!

¿Qué importa si cumplo veinte, cuarenta cincuenta o más?  ¡Lo que importa es la edad que siento!

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué importa cuantos años...cuantos tengo o cuántos espero?
Si con los años que tengo....

¡Aprendí a querer lo necesario y a tomar solo lo bueno..!

José Saramago


domingo, 22 de abril de 2012

LAS PALABRAS FORMAN HISTORIAS




"Una piedra arrojada a un estanque provoca ondas concéntricas que se ensanchan sobre su superficie afectando en su movimiento con distinta intensidad, como diversos efectos a la linfa y ala caña, al barquito de papel y a la balsa del pescador.

Objetos que estaban cada uno por su lado en su paz o en su sueño, son reclamados a la vida, obligados a reaccionar, a entrar en relación entre sí (...) Igualmente  una palabra, lanzada al azar en la mente produce ondas superficiales y profundas, provoca una serie infinita de reacciones en cadena, implicando en su caída sonidos e imágenes, analogías y recuerdos, significados y sueños, en un movimiento que afecta a la experiencia y a a la memoria, a la fantasía y al inconsciente, complicándolo el hecho de que la misma mente no asiste pasiva a la representación sino que interviene continuamente para aceptar y rechazar; lllegar y censurar; construir y destruir."

Gianni Rodari


domingo, 15 de abril de 2012

ÁRBOL DE LA VIDA


Árbol de brazos extendidos, a veces muro de lamentaciones, sombra y cobijo de mi cansancio, háblame de tu pasado, cuéntame las historias que escuchaste, sembradas bajo tus ramas.
Arbol curtido  por el tiempo, cuyo tronco es  pizarra para  amantes, árbol de la vida que marcas el sendero a los caminantes..

Marinela